Romeva como excusa.

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Vaya por delante que creo que la manera de solución de conflictos es el respeto a la Ley y la negociación de buena fe. Por eso y porque no veo que se dé la voluntad de solución, ignoro lo que va a ocurrir con el «proceso» catalán aunque todo apunta a que será muy perjudicial para Cataluña y para España.
Hace un par de semanas, creo que era el día 9 de septiembre, encendí la televisión en el hotel en el que me alojaba. Apareció la cadena BBC y en ese momento el presentador Stephen Saktur presentaba a Raül Romeva. Vi la entrevista posterior con interés por aprender algo acerca de quienes quieren la independencia de Cataluña.
Como la entrevista puede verse en muchos sitios  no la comentaré en su totalidad. Yo no sabía nada de Romeva excepto que era un eurodiputado del Reino de España conocido como un gran trabajador que tenía el record de número de interpelaciones de los eurodiputados españoles a las instituciones europeas incluyendo una carta a la Comisión Europea mostrando su preocupación por una posible intervención militar tras unas maniobras en Lérida de cazas de la fuerza aérea española. No sabía y sigo sin saber porqué figura como número uno en la lista independentista de Mas.
En conjunto Romeva habla un inglés fluído y vehemente que al no ser su lengua materna parece falto de matices, lleno de frases de un argumentario de ventas y de medias verdades. En general tuvo muchas dificultades para ser convincente ante un presentador educado, pero nada obsequioso.
Hay una frase de Romeva que quiero comentar porque me parece esencial y revela una falsedad importante del personaje y del discurso soberanista en general. Casi al final de la entrevista Romeva afirma enfáticamente «legal certainty is warranted», «la seguridad jurídica está garantizada. En una situación en la que nada se sabe de la Transición al Estado Catalán de la que Romeva aseguró que se cumpliría en dieciocho meses, esa afirmación no puede ser otra cosa que una seductora mentira a sabiendas. La seguridad jurídica no sólo no está garantizada sino que es imposible por varias razones.
a) No se sabe qué ocurrirá con los ciudadanos excluídos o autoexcluídos de la nueva ciudadanía.
b) La separación patrimonial de derechos y obligaciones, de activos y pasivos es una tarea complejísima que en ningún caso puede hacerse de «buen rollo» como dice Mas.
Justamente porque saben eso tanto Romeva como Mas echan mano de amenazas implícitas como «el 70% de los productos españoles pasan hacia Europa por Cataluña» o expresas como «Cataluña puede rechazar la deuda española».
c) Un hecho de tanta trascendencia como éste no puede decidirse por un 50% más 1 de votos o de escaños.

Estas razones no son de mi cosecha sino que son de sentido común y afirmar lo contrario, decir que el proceso es sencillo y que el resultado va a ser muy beneficioso, ha creado el encanallamiento en el que se ha convertido este asunto. Además son parte de la «Ley de Claridad» canadiense que todos los separatistas del mundo invocan a su favor aunque no tengan voluntad de cumplirla. La ley canadiense es el primer intento serio de regular la secesión de una parte de un país democrático. Todas las innecesarias referencias históricas abundantes en el proceso que nos ocupa pertenecen a un pasado de monarquías absolutas en el que los habitantes carecían de derechos por lo que no hacen al caso.

La ley de Claridad fija unos criterios claros para la secesión de Quebec, completamente extrapolables.

– La secesión sólo puede lograrse a través de la negociación en lugar de una declaración «unilateral de independencia».
– Si quienes desean la secesión expresan una clara voluntad de separarse, el Gobierno del país tiene que entrar en negociaciones.
– El país tiene un papel en la selección de la pregunta en el referendum y el nivel de apoyo necesario para que se considere aprobada. La pregunta debe ser clara y la mayoría debe ser cualificada o «supermajority» en inglés (suele hablarse de tres quintos al 75 % de los votos y con un mínimo del 40% del electorado total)
– Las leyes existentes permanecen en vigor hasta que los términos de la secesión sean acordados por todas las partes involucradas, y estos términos deberán respetar los principios de la democracia, los derechos de las minorías y los individuos. Los términos de la negociación no pueden ser decididos exclusivamente por el Gobierno que busca la secesión.

Al final, todo depende de  la buena fe de las partes porque cualquier político dañado e irresponsable puede declarar la independencia unilateralmente y crear un conflicto que  puede llegar a tener una gravedad de difícil predicción. En resumen quien quiera irse que se vaya pero de una forma clara, limpia y acordada. No parece que los políticos catalanes soberanistas tengan esa pretensión aparte de querer decidir marcharse.

En cuanto a la identidad y la diferencia tengo que decir como Rousseau que soy diferente de todas las personas que conozco, si no mejor por lo menos soy diferente. Como la frase de Rousseau la puede afirmar con certeza cualquier persona no me coloco de parte de los identitarios a quienes en general no creo.

Sobre la secesión creo que muchos nos secesionaríamos si pudiesemos hartos de aguantar a políticos que incapaces de cumplir con la tarea para la que fueron elegidos se buscan otra tarea que les resulte más fácil. Hace tiempo que los conflictos interterritoriales en España deberían haber sido suavizados de no ser por la indolencia de quienes nos han gobernado. Los partidos de ámbito nacional han mostrado un notorio complejo de inferioridad ante los nacionalistas, han abandonado las lenguas minoritarias en manos y como propiedad de los nacionalistas, no han defendido el «castellano» como «español» es decir como lengua franca de España  en vez  de como lengua de dominación (¿en qué hablaban Pujol y Arzallus cuando hablaban?), no se han delimitado y fijado las competencias entre las distintas administraciones del Estado de una vez por todas, no se ha hecho hincapié y publicidad de la necesaria solidaridad interterritorial que convierte en sandeces las llamadas «balanzas fiscales», se han aceptado sin rechistar enormes diferencias en la calidad sanitaria y educativa, se ha olvidado la financiación especifica de los  Ayuntamientos supeditándolos a Comunidades y Diputaciones, se ha permitido la costosísima financiación de las televisiones públicas nacionalistas (y regionalistas que de todo hay) con un sesgo antiespañol y antiperiodístico (durante años no he oído en TV3 la palabra España sino de manera anecdótica e incluso en la sección de deportes he oído cosas tales como «atletas de Francia y del Estado español» como si los atletas en España naciesen en los Ministerios), los políticos nacionalistas han tratado a España y los españoles como si fuésemos franquistas residuales, aún cuando ellos fuesen derechistas meapilas.

No hay que recalcar el enorme error de los «padres de la Constitución», quizá debido a los nacionalistas de entre ellos, de mencionar los «derechos históricos» como fuente de desigualdades y privilegios como si esos «derechos» no hubieran sido concesiones de monarcas absolutos a los nobles de la zona. Y de esos privilegios proceden los rencores de quienes también los pretenden porque ellos son «milenarios», como si Salduba, Cartago Nova o Gadir no fueran multimilenarias sino fruto de turistas noruegos.

En cuanto a los agravios linguísticos, que creo que son los únicos en los que puede considerarse válido hablar de afectos no creo que haya discusión en que las lenguas de los hablantes merecen respeto y salvaguarda, aunque descreo en esa frase tan repetida de  «lengua propia» de tal territorio. Los territorios no tienen lengua propia, sólo las personas, si no todos deberíamos hablar alguna lengua celta. Coincido con José Luis Barbería en sus artículos de los dias 21, 23 y 24 sobre los conflictos linguísticos en España.

Una de las preguntas de Saktur a la que Romeva no respondió convincentemente decía algo así como Uds. quieren irse ahora porque son más ricos que el resto de España y creen que les va a ir mejor. Es una de las sensaciones que deja una campaña en la que se han oído expresiones del tipo «¿Qué puede conseguir Cataluña de esta pobre España?» como si los catalanes fuesen unos sacamantecas. Xavier Sala i Martin el excelente economista catalán nacionalizado estadounidense acepta implícitamente esta razón como una de las esenciales al afirmar «¡nadie quiere la independencia para eliminar el déficit fiscal! Se quiere para poder implementar políticas económicas y sociales pensadas por y para los ciudadanos de Catalunya.» Sólo le falta decir que la insistencia en el déficit fiscal es para tocar las narices.

A última hora escucho un razonamiento imbécil que podría dar un giro al proceso y que parece aclarar como razón de este embrollo la de ganar ventaja cara a futuras negociaciones tras las elecciones autonómicoplebiscitarias. Dice Junqueras que Cataluña no saldrá de Europa porque todos los catalanes tienen reconocida la ciudadanía española. Con este estrambote podría darse el caso tonto de que en la Cataluña independiente todos sus ciudadanos fuesen ciudadanos españoles, sólo las instituciones serían catalanas. No dice Junqueras que los ciudadanos españoles deberían seguir pagando impuestos españoles que es lo que tratan de evitar. Ésto revela el nivel intelectual ínfimo de esta campaña. Nadie puede cambiar los sentimientos, pero el proceso no es un proceso de afectos, (¡Esos sensibleros que reclaman más afecto para y por Cataluña!) sino político, es decir de derechos y obligaciones.

No me cabe duda de que, si el proceso continúa, España y Cataluña resultarán seriamente perjudicadas no sólo por la desconfianza general que va a quedar como consecuencia sino también porque además de los malos tópicos antiguos se van a solidificar los de que los «españoles» son ladrones y los «catalanes» victimistas extorsionadores y en conjunto la sensación de que por ambas partes «Nos irá mejor sin ellos» como afirma hoy el título de un excelente artículo de Pau Luque que quienes se consideren de izquierdas en Cataluña deberían leer con atención.

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3 respuestas to “Romeva como excusa.”

  1. Mulliner Says:

    He leído tu entrada sobre Romeva y Cataluña y te aseguro que, aunque está casi todo dicho sobre el tema, lo abordas de una manera simple y equilibrada, algo de lo que quizás yo no sería capaz a estas alturas. Por tanto mis felicitaciones y la seguridad de que seguiré leyendo tu blog.

  2. Ángel de Bali Says:

    !Bravo! Al fin leo algo con sentido común y documentado pero me temo que todos los años de TV3 y escuela catalana serán más decisivos que la sensatez.

  3. Marisa Says:

    Bentornato

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