7de julio. ¡San Fermín!

En el tren que nos lleva de Udaipur a Ajmer viajamos en clase 2A, lo que quiere decir 4 literas por departamento, más dos en el pasillo. A mí, como “senior citizen” me dan siempre litera inferior.
Esta clase no tiene siempre los vagones de la misma categoría, pues estos de hoy no tenían puertas correderas sino cortinas para cerrar el departamento.
Vamos casi todo el recorrido solos hasta que viene una joven que no se separa ni un momento de su teléfono.
Llegamos a Ajmer y de nuevo nos alojaremos en el mismo hotel que en noviembre y que tanto le gustó a Marisa, un “haveli heritage”, así que ninguna sorpresa.
Por la mañana hacemos el registro del hotel y vuelvo a encontrarme con el gran libro amarillo donde debemos poner todos nuestros datos y que es igual al que rellenábamos hace 30 años aunque ahora se añadan otros datos más.
Empezamos el recorrido turístico por la dargah y como siempre el autorickshaw te deja a unos 100 metros en una concurrida calle. Allí un grupo de 3 o 4 músicos canta dirigiéndose a los balcones de los numerosos hoteles que hay en esta calle donde se asoman los clientes a veces y les echan dinero. A su alrededor hay un grupo de avispados niños que intentan ser más rápidos y cogerles ese dinero. En la escaramuza ganan los músicos, pero se quejan a los policías que merodean por allí de esa competencia desleal.
En la dargah menos gente que en noviembre, pero sigue teniendo un ambiente medieval único.
Y desde allí vamos a las ruinas de Adhai Din Ka Jhonpra y luego al museo jaíno de Nasiyan.
Acabamos la mañana en un centro comercial que debe estar recién inaugurado. Allí una joven familia no se atreve a subir en la escalera mecánica. Debe ser la primera vez que se enfrenta a una de ellas. Parece mentira que esto pueda ocurrir todavía en este país.
9 de julio.
La mañana la vamos a dedicar a Pushkar adonde llegamos con el autobús que sale de la cercana estación de Ajmer.
Pushkar no tiene nada que ver con el de nuestra visita de noviembre, pues entonces se celebraba la feria de los camellos que es un gran atractivo turístico y hoy era simplemente una ciudad preparada para el turismo religioso, pues no es en vano “uno de los cinco dhams sagrados (lugares de peregrinación para los hindúes devotos)”, aunque “en los últimos años se ha convertido en un destino popular para turistas extranjeros”, según una web dedicada esta ciudad.
Pero hoy está casi vacía, vaya, ese “casi” es comparándola con el viaje anterior, pues en la India nunca encuentras una ciudad “casi vacía”.
Así también el templo de Brahma donde pude quedarme unos segundos delante de su figura, lo que la otra vez ni lo intentamos.
Regresamos a Ajmer y vamos al fuerte donde vuelvo a admirar las maravillosas pinturas y las estupendas esculturas que formarían parte de lo más importante de cualquier museo.
Por la tarde el propietario del hotel nos lleva a visitar el “Mayo College” donde él estudió y donde debe seguir teniendo algún tipo de relación.
Y la visita te deja atónito después de haber estado en el centro de Ajmer: un “college” que parece sacado de las pelis de esas instituciones en Inglaterra. Grandes campos de todo tipo de deportes, incluidos el gof y el polo del que vi a unos cuantos estudiantes que volvían de practicarlo. Y por supuesto todo ellos con uniformes tipo “british college”. Y es que el “campus” tiene 187 acres, o sea más de 75 hectáreas. Y como ahora todo se mide en función de los campos de fútbol y como uno de estos suele medir media hectárea este “campus” sería como unos 150 campos de fútbol. Más o menos.
Te dejo el enlace a esa institución por si te interesa enviar a alguno de tus seres queridos allí.
Y parece que no es mixto, por lo menos en la parte residencial, que hay uno para chicos y otro para chicas y un tercero para “locales” que no es residencial y quizás este sí sea mixto.
Desde allí vamos a un parque al lado del lago, pero ya casi es la hora de cerrar, aunque está muy animado: “Marble Pavillion And Balustrade Ana Sagar Bund And Ruins Of The Marble Hammam Behind The Ana Sagar Bund”.
Creo que no he estado en un parque con un título más largo.
Regresamos al hotel y se desata una verdadera lluvia de monzón. Allí tienen un sistema de recogida del agua para luego utilizarla para riego y lo curioso es que el agua de los tejados va a parar a un elefante desde donde sale una verdadera cascada.
¡Menos mal que estamos a cubierto!
Etiquetas: 2025, Adhai Din Ka Jhonpra, Ajmer, Brahma, Dargah, Haveli, India, Mayo College, Pushkar, Udaipur




