3. 1. Argentina 2023. 29 de marzo, miércoles. Primer día de viaje. De Madrid a Buenos Aires. Día 1. Primera parte.

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A bordo del Airbus A330-200.

Vamos desde Fuenla (nuestro “hub” de “destinos internacionales”) a la T4 con el tren, fantástico acceso por transporte público a este aeropuerto. 

La facturación de Iberia (con quienes volamos) ha sido bastante rápida y además ya teníamos reservados los asientos: 45A y 45C, o sea ventanilla y pasillo, pues este avión es de los que tienen una disposición de 2+4+2, que es la que más nos gusta, por la posibilidad de escoger esas plazas precisamente.

El cuello de botella en este aeropuerto, o por lo menos en esta terminal T4, es el control de equipajes, lo que da lugar a largas colas. Además, esta vez viajamos con botas y eso te obliga a descalzarte. Creo que fue en Nueva York donde los viajeros mayores no debíamos hacerlo.

Han anunciado que a partir del mes que viene dispondrán de unos escáneres más modernos que pueden funcionar sin que tengas que sacar toda la electrónica e imagino que eso los hará más fluidos, pues todos los viajeros vamos pertrechados de un montón de esos adminículos.

Pero no hoy: teléfonos, ordenadores, tabletas y todo el resto de parafernalia electrónica en bandejas y sin que se toquen.

También el calzado. Y las chaquetas, forros polares, anoraks, jerséis… en bandejas. Y todo el resto del equipaje.

NB

Y aquí tenéis una excepción gramatical muy interesante con el plural de “jersey”.

Fundeu dice que “Los sustantivos y adjetivos españoles… que terminan en -⁠y precedida de vocal forman el plural añadiendo la sílaba -⁠es, lo que, como indica la Gramática, implica que la y adquiere valor consonántico. De esta forma se han consolidado en la lengua los plurales leyes, bueyes, virreyes y convoyes a partir de ley, buey, virrey y convoy…”.

Y añade que “Como excepción a la regla anterior, algunos sustantivos y adjetivos terminados en -⁠y precedida de vocal, normalmente de origen extranjero e incorporados más tarde al español, mantienen el diptongo y forman el plural convirtiendo la y en i y añadiendo una s, sin alterar por ello el sonido de la palabra: la y del singular y la i del plural se pronuncian igual (gay-gais o jersey-jerséis)”.

Fin de la lección de gramática.

Y aunque hemos llegado con bastante tiempo para los controles, al final no nos han sobrado más de 15 minutos hasta el anuncio del embarque. 

¿Quién fue el diseñador de los embarques? ¿Quién es el controlador de los embarques?

Si es un programa informático deberían echar al que lo hizo. Y si es un humano, también.

Por cierto, ¿por qué se confunde continuamente “algoritmo” con “programa”?

Bueno, pues si es culpa del creador del algoritmo, también hay que despedir a ese.

La entrada está bien diseñada en cuanto que se seleccionan los viajeros a embarcar por secciones (a los poco habituados les cuesta encontrar esta información), pero luego nos tienen metidos en el pasillo del “finger” 15 minutos. No “unos 15 minutos”: “15 minutos”.

Llegamos a nuestro sitio y aunque su situación es buena (lo hice gracias a “seat guru”) los asientos son muy, muy estrechos y vamos a viajar 12 horas y media.

La distancia es de 10.074 km desde Madrid a Buenos Aires, siendo la hora de salida a las 11:45 y la llegada a las 20:00, con lo que dadas las 5 horas de diferencia horaria deberían ser 13 horas y cuarto, pero imagino que el “Captain speaking” habrá tenido en cuenta los vientos favorables.

Hace años en las líneas aéreas qataríes salían los jugadores del Barcelona para explicar las instrucciones del vuelo: una patochada, especialmente cuando pasaba un futbolista (que debía gustar mucho) delante de un grupo de señoras y se les caía la baba.

Pues ahora Iberia saca a David Muñoz haciendo el tonto para explicar lo de la máscara de oxígeno. Otra patochada, pero por lo menos no es sexista como el otro. ¿Es que estos famosos no se cansan de ganar dinero?

Otros que no se cansan son los músicos callejeros (por lo menos los de Madrid) con Pachebel   y su canon, Albinoni y su (apócrifo) adagio y últimamente “La vida es bella”.

No pido que se lancen con Wagner (sobre todo si son solo 2 ó 3) o con Berg, pero, ¡joder, bien sabrán alguna otra pieza!

Este vuelo iba a ser uno de esos anodinos, sin ninguna cosa especial, pues además recorre espacios con nombres que no provocan ninguna ensoñación, nada que ver como cuando atraviesas los Balcanes o el Oriente Medio, y no te digo nada si sobrevuelas Iraq o Afganistán. No, aquí sales de la Península Ibérica por Portimão, más o menos, bordeas a lo lejos las costas occidentales africanas, pasas cerca de Madeira y las Canarias y atraviesas el océano hacia Brasil.  

Ningún nombre como Taskent, Urumby o Almaty, ciudad esta última que sí existe, aunque a mí solo me recuerda al conde de Almasy en la maravillosa “El paciente inglés”.

¿Recuerdas la escena?

Te dejo el enlace a los 30 segundos que dura.

Y una foto de Marisa con ese título, aunque este cuello no sea de la Kristin Scott Thomas, sino de mi hija.

Escotadura supraesternal.

Pero… oigo por la megafonía el nombre de la sobrecargo y su apellido me devuelve a la niñez.

En mi calle, que era una plazoleta con tres casas en un lado y una sola, pero enorme, en el otro (¡qué era la iglesia!), sin circulación rodada porque por la entrada no cabía ni un coche, pues bien, la primera casa era un misterio para nosotros los niños y se lo conocía por el nombre del propietario que no vivía en el pueblo: “la casa X”. En la calle todos éramos vecinos de toda la vida, menos en esa donde vivían a veces algunos alquilados.

Pues resulta que la sobrecargo se llama como esa casa. Le pregunto a la azafata si esa señora es aragonesa, no lo sabe, pero la llama por la telefonía interior, le responde que sí y cuando le explica que yo también lo soy le dice que vaya a la cabecera del avión, que estará encantada de invitarme a tomar algo.

Allí vamos Marisa y yo y hemos charlado con ella un buen rato hasta que ha reclamado sus servicios el capitán.

¡Qué bien se vive, y se bebe (malta de un montón de años) en “business”!

¡Ojalá la volvamos a encontrar, aunque sea sin recompensa!

NB

Por supuesto, estas no son las bebidas de la clase “bisnes”, que es una sugerencia para cuando Cataluña sea independiente y tenga su propia Iberia y su clase «negocis» con «ratafía» y «vi ranci».

Y un detalle: la sede estará en Andorra para ahorrarse impuestos.

Ah, me olvidaba que Andorra no tiene aeropuerto.

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