El escritor inglés Arthur C. Clarke en su libro «Perfiles del futuro» publicó tres aforismos, conocidos como las tres «Leyes de Clarke». Son las siguientes, en inglés, copiadas de Wikipedia:
1) When a distinguished but elderly scientist states that something is possible, he is almost certainly right. When he states that something is impossible, he is very probably wrong.
2) The only way of discovering the limits of the possible is to venture a little way past them into the impossible.
3) Any sufficiently advanced technology is indistinguishable from magic.
La tercera,»cualquier tecnología lo bastante avanzada es indistinguible de la magia», me viene a la memoria con cierta frecuencia y ahora mismo. Hace unos meses le pregunte a una niña de 9 años si le sorprendía que de una caja unida a un enchufe eléctrico saliera la música que ella quería y me dijo que no. Le dije que me parecía muy sorprendente. Hoy estaba escuchando el vals Kupelwieser de Schubert interpretado por Wolfgang Brunner y he pensado que si una música hermosa me llega casi instantáneamente después de pedirla, desde un servidor en Estocolmo, a través de una red de redes de una complejidad no comprensible por los profanos, mediante un cable telefónico sencillo, con una tecnología de compresión y descomprensión maravillosa, a un «router» antiguo y lento y desde él a un altavoz wifi como una caja de zapatos, ubicado en un pueblo pequeño de la España vacía, estoy seguro de que si en algún momento el altavoz me dice «Ven y Sígueme» saldré por la puerta en busca del martirio.