Empiezo con la misma nota aclaratoria habitual:
Estas crónicas se están publicando en septiembre de 2019, pero fueron escritas durante el viaje que realizamos desde el 19 de septiembre al 20 de octubre de 2017. Lo constato, como siempre, porque puede ocurrir lo que he dicho en otras ocasiones: “…esa falta de sincronía entre cuando se producen los hechos y los lees, pero no cuando los escribo”.
Y en esta ocasión todavía más dada la diferencia de tiempo (¡dos años!) y los hechos que han sucedido desde entonces, pero el mundo y España y la apreciación que yo tenía de ambos era como lo escribí entonces.
En los días que siguieron al acto terrorista en las Ramblas de Barcelona y al de Cambrils me sorprendió que nadie pusiese en duda la eficacia de la policía catalana. Peor todavía, que se pasase de un cuerpo frecuentemente cuestionado por sus métodos y su eficacia a la glorificación de sus acciones.
Compara tú su actuación con la de la policía finlandesa durante esos días donde dispararon a las piernas a un joven que había atacado con un cuchillo a unos viandantes. O incluso de la policía nacional española en un puesto fronterizo de Melilla donde “redujeron” con un bolardo de plástico al “terrorista”. Bien es verdad que en este caso el policía que realizó la acción no tuvo un comportamiento muy heroico como podrás comprobar si ves el vídeo.
¿Qué hubiese pasado si los agentes de policía en Barcelona, Cambrils y Subirats hubiesen sido de la policía nacional? ¿Y si guardias civiles? ¿Has oído alguna interpelación de ERC o la CUP en el parlamento catalán? Que al final tan conspicuos políticos van a seguir la famosa frase de Roosevelt a propósito de Somoza, que no te copio para no herir susceptibilidades.
No se piden responsabilidades, pero sí se delimita el territorio, como hizo el MH President:
“…agradezco a la gente de fuera de Cataluña, presidentes de comunidades autónomas, responsables líderes políticos internacionales…”. Ni una palabra sobre el maldito estado español. Pero lo que me ha parecido miserable es que nombrase a ciudades europeas que han sufrido un ataque terrorista como “Londres, Bruselas y París” y ni una sola mención a Madrid a pesar de que sufrió el mayor atentado de todas. Ni Madrid, ni España. Palabras prohibidas. Quizás es que parecería que hablaba en castellano y aunque fuese solo esas dos palabras sería “masa”.
Pero dos días después su ministro del interior dice que entre los fallecidos hay “dues personas catalanas, dues de nacionalitat espanyola”. Yo que pago IBI en Cataluña y que he pasado la mitad de mi vida allí y que eran catalanes algunos de mis ascendientes tanto por parte de madre como de padre, ¿qué sería si hubiese muerto allí? Quizás un “mort mitat catalan, mitat espanyol”.
NB.
Repaso las declaraciones del Sr. Forn y deduzco que no fueron hechas con un criterio supremacista como parece, sino que las “dues de nacionalitat espanyola” eran catalanas. O sea que había dos víctimas menos. ¿Verdad?
Pero el Sr. Forn tuvo su epígono en un historiador de Sabadell y su ayuntamiento.
El Ayuntamiento de Sabadell encargó a un historiador (?) que revisase el callejero de la ciudad y este ha encontrado un centenar de nombres con posibles vínculos con el franquismo, o que son españolistas o anticatalanistas a los que quizás habría que “quitar” la calle.
¿Quién sale? Pues esperas que por lo menos sea Queipo de Llano o algún requeté famoso, o incluso Don José María Pemán. Error: Antonio Machado, Calderón de la Barca, Góngora y Bécquer.
El Sr. Rufián se apresuró a decir que es falso, aunque la información viene de La Vanguardia. También ARA dice que «Es tracta d’un document de màxims amb el qual començar a treballar». O sea que no es falso, solo que es «extern i no vinculant». Afortunadamente una crónica del Sr. Llamazares se encabeza con “Un imbécil no puede ostentar ningún cargo público, ni siquiera el de historiador de guardia de un ayuntamiento”.
Y si el tema, el increíble tema, te interesa te dejo este enlace a un sesudo y muy interesante artículo.
Pero no todo es Sabadell y Forn.
A veces leo alguna información y sin saber porqué a partir de ese momento estoy “suscrito” a un canal de noticias. Y de esta manera recibo información católica de un lugar llamado “Infovaticana”. La verdad es que no son muy prolíficos, pero de vez en cuando aparece en la parte derecha de mi pantalla un cuadradito con su mensaje. Siempre son de contenido religioso y social, pero hubo uno que me dejó sorprendido: “Letizia y su incapacidad absoluta para santiguarse”. El texto que acompaña al titular no es mucho más largo que él: “La mujer de Felipe de Borbón es incapaz de santiguarse en actos públicos, para sorpresa de los asistentes.”
Te dejo el enlace porque hay un corto e ilustrativo vídeo de como esta “mujer de” incumple esas sagradas normas.
A los pocos días me aparece otra noticia no más sorprendente, pero de más importancia:
“El primer ‘ciudadano vaticano’ por nacimiento podría nacer pronto”. ¿Por qué? Pues porque un grupo de eritreos han ocupado una basílica que, aunque está en Roma, es territorio vaticano. Y resulta que hay algunas mujeres embarazadas. ¿Y por qué es un problema aquí y no en otros sitios? Pues porque el actual papa reconoce el ‘ius soli’ como criterio para conceder la nacionalidad. Claro, que dado el celibato eclesial no se atreverán a reconocer la nacionalidad por el “ius sanguinis”.
Hasta hora las organizaciones laicas se quejaban de este estado tuviese voz y voto en los organismos internacionales que trataban del tema de la población dado su crecimiento cero: no había nacimientos. Y ya sabes que si empleas el cero como un factor aritmético siempre salen cosas extrañas.
Todo un enigma.
Y acabo con un tema personal.
Empiezo el viaje con problemas de los remos derivados de mi maltrecha columna y las famosas “estenosis”, que todos tenemos en un lugar o en otro, pero según donde te “tocan” andas (y nunca mejor dicho lo de “andas”) más o menos jodido.
Pues bien, me recetan unas cápsulas que tomo todos los días y le echo una mirada al prospecto como hago habitualmente sobre todo por saber si puedo beber vino en las comidas o no. Los médicos, que creo que no se los han leído, son más cautos y dicen siempre que no, pero los prospectos suelen no decir nada, o sea que sí.
Esta vez como me tengo que llevar el medicamento durante el viaje, vuelvo a leerlo por si hay alguna cosa rara pues recuerda que en Japón, por ejemplo, no se pueden llevar medicamentos con codeína.
Pues casi mejor no haberlo leído: “Un pequeño número de personas tratadas con XXX ha tenido pensamientos de hacerse daño o de matarse. Si en algún momento tuviera estos pensamientos contacte inmediatamente con su médico.”
Creo que tendría que decir “Si en algún momento tuviera estos pensamientos tire las cápsulas al cubo de la basura y después contacte inmediatamente con su médico”.
De todas maneras acojona un poco. Creo que no se lo diré a Marisa porque si en algún momento me ve un poco atontado igual piensa que …Mejor no preocuparla.
NB.
No tires los medicamentos a la basura: debes depositarlos en el punto SIGRE de la farmacia.
Y no entro en el tema corrupción porque no acabaría nunca.
Mi amigo Fito Álvarez, hablando sobre la corrupción en la política española y rememorando la famosa frase sobre el gran sueño americano me dijo: “En España no hay ningún sinvergüenza que no tenga su oportunidad”.
Te dejo la frase original, no, no la de Fito, que la que trascribo es la original, sino la del “American Dream”: “…that dream of a land in which life should be better and richer and fuller for everyone, with opportunity for each according to ability or achievement…regardless of the fortuitous circumstances of birth or position.»
Así que me voy bien lejos: a Nueva Zelanda.
24/09/2019 a las 18:50
Gracias por empezar de nuevo; estoy segura de que estas crónicas paliarán el efecto de vuestra próxima ausencia.
24/09/2019 a las 19:11
Con comentarios como este, tan bonito, no sé si quedarme o estar viajando siempre.
Gracias.
27/09/2019 a las 20:04
wau que maravilla! nueva crónica y viaje para disfrutar de vuestra experiencia y sabiduría.
Me ha encantado la introducción política !!
27/09/2019 a las 21:42
Estos agradables (e inteligentes) comentarios me animan a seguir escribiendo nuestros viajes.
Gracias