Pablo Iglesias ha dicho que la disminución del voto a Unidos Podemos se debe al miedo a lo nuevo, a que a sus votantes potenciales les gusta el meneo que han dado a la vieja política pero que a la hora de emitir el voto el miedo a lo nuevo ha pesado más. Como ha dicho de modo más cursi el «nuevo» Anguita han tenido miedo a volar, aunque también hubiera podido decir miedo a estrellarse. También parece que hay fieles que dicen que la campaña ha sido infantil (poco agresiva ) y que el Brexit ha influído en el mismo sentido de restar votos. Supongo que P.I. cree que los votantes somos asustadizos o que de verdad su partido es de temer.
No hay duda de que esas razones han influído y tampoco hay duda de que el miedo, cuando no es paralizante, es una ventaja evolutiva innegable, pero creo que hay algunas otras causas más vulgares que también explican la disminución de votantes.
La soberbia implícita y excluyente del «queremos construir una sociedad mejor». Los demás quieren al parecer la misma KK de siempre.
La avaricia de querer ser comunista, anticapitalista, chavista, peronista, socialdemócrata, patriota y decididista a la vez, todo ello de manera muy amorosa y que, sin querer, puede sonar a todo falso, entrista y camaleónico.
La lujuria que puede llevar a la promoción poco explicada y explicable de las novias y novios de los/las líderes alfa a cargos de relumbrón.
La ira del jefe máximo apreciable en algunas de sus intervenciones, cuando se le frunce el entrecejo de forma que parece que va a descargar su autoridad sobre los discrepantes en forma de rayos y truenos.
La gula de querer tragarse a los restantes partidos de cambio y de progreso para que conozcan la verdad.
La pereza visible en algunas decisiones por ejemplo la elección de un general para el Ministerio de Defensa como si solamente en el Ejército fuese necesario y beneficioso el conocimiento previo de los temas a tratar. Además de que la elección de un general después de que el cargo haya sido ocupado por un varón dado «inútil para el servicio» y por una señora embarazada es un evidente retroceso.
La envidia de cierto tufo autoritario que a veces se percibe en decisiones inmediatas que a posteriori se refrendan con éxito.
En conjunto la pervivencia, como no podía ser de otra manera, de muchos de los «viejos» vicios entre los «nuevos» hábitos, junto con una evidente discriminación por edad y un énfasis en la «novedad» de sus propuestas que no es verificable salvo en la edad de sus cargos electos. También es posible que la utilización de forma despectiva de ciertos vocablos, el tonillo despectivo hacia personas muy competentes (recuerdo el desprecio de los concejales madrileños ante la presencia de Trapiello como asesor en la Comisión de la Memoria Histórica como si la versión de Ahora Madrid fuese el Canon de la Memoria) y ciertos comportamientos extemporáneos como la renuncia a la intimidad del «niño del Congreso» o la presentación de ministrables antes de tiempo hayan tenido influencia en votantes no monolíticos.