Decía en la crónica anterior que quizás los conductores de autobús recitasen haikus por su micro pero quizás alguno francófono conozca el comienzo de este poema de Verlaine, “Chanson d’automne”, lo más parecido a un haiku, y también lo recite cada mañana de otoño:
Les sanglots longs
Des violons
De l’automne
Blessent mon cœur
D’une langueur
Monotone.
Te dejo el enlace a un vídeo de Trenet donde canta este bello poema.
Y comparto contigo una rareza que he encontrado en la red: el recitado de ese poema por Marlène Dietrich.
Y como soy más de Brassens he intentado encontrar un vídeo cantado por él y solo he encontrado con su voz y la imagen añadida del compilador. Lo siento.
NB. En alguna canción cambian este “blessent” por “bercent”.
Nota histórica.
La primera parte del poema fue utilizada por la BBC británica el 5 de junio de 1944 para anunciar el desembarco de Normandía a parte de la resistencia francesa.
30/11/2015 a las 12:18
Muchísimas gracias Ángel por esta reseña tan emocional acompañada de las magníficas, como siempre, fotos de Marisa y por esas interpretaciones tan magníficas.
Yo también me quedo con Brassens y con esa Marlene Dietrich tan poderosa.
Has hecho magnífico este día de otoño tan contaminado en Madrid y tan decepcionante por esa opereta bufa de ‘La cumbre del cambio climático’
30/11/2015 a las 12:59
Gracias Carmen, pero siendo como soy optimista espero que lo de París nos dé alguna alegría.
Besos.
01/12/2015 a las 11:29
Esta entrada del otoño, más parece que era para tomarte un día de descanso, que para seguir con la narración de tu viaje. Hasta la foto de las uvas es ajena a Japón y a Kagoshima. Pero, aunque muy cortita esta vez, siempre se agradece.
01/12/2015 a las 16:40
Gracias, Alfonso. Por supuesto no puedo engañarte y decir que las uvas son de Kagoshima pero sí lo es la foto de las gotas de agua negras por la ceniza volcánica del cercano Sakurajima.
Las uvas creo que eran de Cariñena.