Noche estupenda, desayuno estupendo y mañana soleada, ¿qué más se puede pedir? Pues un “three wheels” para ir a Nanu Oya.
Hoy nos vamos desde Nuwara Eliya a Ella con el tren, uno de los viajes recomendados por todo el mundo, pero no hay estación de tren aquí así que hay que ir a la cercana Nanu Oya para cogerlo. El del hotel me dijo que había un tren a las 9:30 y otro a las 12:30, así que decidimos coger el primero aunque me advirtió que era “local”. Esta palabra sirve habitualmente para designar a cosas o situaciones con sabor local, o sea mucha gente y barato
La estación de Nanu Oya es muy grande para el tamaño de la población y cuando llegamos estamos casi solos aunque paulatinamente van apareciendo algunos extranjeros. En la ventanilla me dicen que solo hay tercera clase y “Observation class”. Lo curioso de esta clase es que es de precio único hagas el trayecto que hagas, además me han advertido que en esa las ventanillas van cerradas y para hacer fotografías son mejor la 2ª o 3ª donde las puedes llevar abiertas. Así que vamos a ir en tercera y por un precio ridículo, sobre todo teniendo en cuenta las horas que le cuesta, más que los kilómetros que vamos a hacer.
Primera sorpresa con nostalgia: los billetes son de cartón duro como los de la RENFE en España en los años 50.
En el recinto de la estación un letrero de “No fumar” en inglés y en español. La primera información que encuentro escrita en nuestro idioma y es una prohibición. ¿Será que los españoles somos los únicos que fumamos?
Llega un tren pero va en la otra dirección, hacia Colombo. La mayoría de extranjeros se suben en él. Es curioso porque me dijeron que solo había dos trenes hacia Ella por la mañana pero además de ése nos hemos cruzado con cuatro más en dirección a Colombo. El nuestro iba casi vacío y los que hemos cruzado bastante llenos. Y además no sé si porque era “local” o por alguna otra razón hemos debido esperar en cada cruce con los otros pues es un trayecto de una sola vía.
Realmente es un recorrido con un paisaje precioso. El primer cuarto de viaje discurre entre colinas cubiertas de campos de té. Luego llegas a una zona de esas de “bosques impenetrables” y a lo lejos por encima de ellos se ve una cascada impresionante. Como parece alejada de las carreteras no creo que nadie vaya a visitarla. En algunos tramos se ven helechos arborescentes. También se pasa por preciosas y cuidadas huertas en el fondo de los valles y en terrazas. Lo extraño de estas explotaciones es como construyen el equivalente a nuestros caballones. Lo curioso es que la palabra “caballón” procede como un aumentativo de caballo pues se refiere al lomo que se levanta con la azada o con el arado. Aquí el “lomo” es un cuadrado que debería llamarse “elefantón”. Hacen como unos paralelepípedos de tierra de unos 30 cm de alto por un metro y medio de ancho y de 5 a 10 m de longitud. Y parece que riegan por en medio de esos rectángulos.
Paramos en la estación de Pattipola de la que un letrero dice que es la más alta de Sri Lanka: 1891 m. Apenas sube algún viajero en las estaciones. Además como nos paramos para dejar cruzar a los otros convoyes y estos son más importantes que el nuestro éste se estaciona en la segunda vía donde no hay andén (solo hay uno en estas estaciones) y el personal tiene que dar verdaderos saltos.
Más tarde aparecen las nieblas que van cubriendo los valles. Y al final un fuerte chaparrón.
En general todas las estaciones están muy limpias y arregladas y el jefe de estación viste de blanco totalmente, excepto los zapatos, y así parece un oficial de la armada. ¡Qué ocurrencia hacerles lleva esos uniformes!
Otra curiosidad: en una estación parte del andén está ocupada por electrodomésticos, pero no embalados para ser transportados sino en una exposición como el escaparate de una tienda.
La última con consejo: no piden el billete en todo el recorrido pero sí en la salida. He visto a un par de orientales muy azorados rebuscándose los bolsillos.
Otro consejo: en la primera mitad del viaje las vistas más bonitas están en la parte derecha pero en la segunda en la izquierda.
Y un viaje que tenía que haber durado tres horas lo hemos hecho en más de cuatro.
Vamos al hotel seleccionado y me sorprende que estemos solos pues Ella es una ciudad muy turística sobre todo para los occidentales. Luego al final de la tarde ya han caído por aquí tres o cuatro parejas más.
PD
En el trayecto del tren hemos visto a un operario arreglando los cables que imagino de telefonía y no eléctricos pero aun así daba miedo.
Etiquetas: Ella, Nuwara Eliya, Sri Lanka