
Un hotel con encanto.
6 de octubre.
Por fin hoy ha amanecido sin niebla y se pueden ver las preciosas montañas nevadas a lo lejos. Lo malo es que después del chasco de ayer y del madrugón hoy no lo hemos hecho y hubiésemos podidos contemplar el amanecer sobre el Kanchenjunga. Tendremos que esperar a Pelling y a la terraza del hotel de Gangtok.
Con esta perspectiva nos hemos ido a desayunar a una terracita desde donde hay una buena vista sobre las montañas. El mejor desayuno de todo el viaje.
Dejamos con pena el hotel: tiene un encanto especial y hemos estado solos en todo el edificio. La verdad es que no es un hotel que encuentres a la primera e imagino que para los bengalíes que vienen aquí de vacaciones no es algo que les llame la atención estar en un lugar así pero de todas maneras es muy raro que no haya habido algún cliente más, sobre todo por la excelente relación calidad/precio.
Desde el hotel, que está en la zona alta, cerca de Chowrasta, hasta la “Chowk Bazaar bus/jeep station” hay unos 200 metros en línea recta pero las distancias en esta ciudad hay que medirlas como en la montaña. Así ha sido un gran zigzag cuesta abajo.
Antes de llegar pasamos por un mercado de cabras. Imagino que es eso pues hay gente en unas callejuelas muy estrechas con grupos de media docena de cabras y otros que se acercan para comprarlas. Y en la India casi todos los negocios de la carne siempre están relacionados con los musulmanes (menos el cerdo, por supuesto) y por aquí hay una mezquita.
Ayer compramos los billetes por adelantado para ir a Gangtok en un jeep compartido y así asegurarnos que teníamos asiento en las plazas delanteras pues en estos vehículos la ocupación habitual es de dos pasajeros más conductor en la primera fila y cuatro en la segunda y en la última que es la peor sobre todo dado el estado de las carretera.
En la espera aparecen Candela y Pedro. Gran alegría por parte de los cuatro por el encuentro. Es curioso pero hay gente que no conoces de nada y cuando lo haces lamentas perderlos de nuevo. Cada encuentro con ellos ha sido motivo de alegría. Nos ha pasado en alguna otra ocasión y es una pena que luego raramente te vuelves a ver aunque ahora gracias al correo electrónico sea más fácil estar en contacto. Además como los encuentros han sido casuales y breves solo nos hemos intercambiado trocitos de información que se van organizando poco a poco. Así hoy nos hemos enterado que se han casado hace poco. ¡Qué jóvenes y felices! Claro que nosotros también éramos jóvenes y felices cuando nos casamos. Muy jóvenes y muy felices. (Y con muy poco dinero, pero esa es otra historia).
Los colocan en un jeep que sale entonces y pensamos que volveremos a verlos en el camino: error. Nuestro transporte que debería salir a las 10:30 ha salido a las 12:30. Además debes estar 30 minutos antes de la salida: “reporting time 10:00 AM”. Una buena espera: en la India no debes tener prisa. Nunca.
Cuando llega nuestro coche Marisa se percata que en el parabrisas tiene un gran letrero que dice “JESUS” y se le escapa un “Jesús, ¡qué bien!”. Todavía le quedan reminiscencias de su época con las monjas.
Como la espera es tan larga hay que buscar una “toilet” y por fortuna hay una. En la puerta hay un señor sentado y encima un letrero dice: “Pay & Use 2 R”. Y por supuesto todo el mundo hace “Use & Pay”. ¡Esto es la India!
Le echo un vistazo a las ruedas de nuestro vehículo. Las dos delanteras, diferentes una de la otra, están tan desgastadas que casi están lisas. Las traseras lo están totalmente. Lo malo es que están reparadas y la banda del recauchutado está casi suelta. No entiendo de coches y menos de los de carreras pero creo que algunos llevan las cubiertas lisas. Pues aquí también: deben agarrar mejor.
La salida del bazar donde estamos aparcados es algo impresionante. Es una especie de Calcuta en pequeño aunque hay una gran cantidad de policías intentando que no se colapse el tráfico. Marisa, por segunda vez en el viaje –la primera fue al coger el taxi en el aeropuerto de Calcuta- me dice: “¿Qué haría aquí tu amigo Luis?” Como si mi amigo Luis tuviese como colega a Jesucristo y éste le permitiese moverse levitando por encima de aquel gentío y embotellamientos.
El conductor es un joven enclenque y simpático. Como estoy sentado a su lado me dice sonriendo: “¿Le gusta la música nepalí?”, mientras inserta una tarjeta de memoria en el aparato de música. Le digo que no la conozco pero que la prefiero con el volumen no muy alto. No sé que ha debido entender -ya sé que a veces mi falta de nivel de inglés hace que lo que digo parezca “very rude”- pero no la ha puesto hasta la mitad del viaje. Para compensar uno de los viajeros ha estado hablando durante más de 4 horas por el teléfono celular, y no exagero. Menos mal que no le entendía nada y además estaba en la tercera fila.
El paisaje es precioso: bosques y bosques y a veces campos de té. Una gran bajada desde Darjeeling, que está a más de 2100 metros hasta el río Teesta, que está a poco más de 200. A veces la bajada es tan fuerte, o el conductor se fía tan poco de los frenos, que bajamos en primera. Encontramos grandes desprendimientos de tierras que cruzan la carretera pero siempre tienen un trocito despejado para permitir la circulación.
En un pueblecito una joven madre está peinando a su hija pequeña con gran firmeza, cuando acaba empieza a despiojarla y lo hace con gran destreza. Pienso que es una de esas habilidades que nosotros hemos perdido pero que me alegro de que haya sido así.
La “frontera” entre Bengala occidental y Sikim se pasa por Rangpo y allí tenemos que bajar nosotros para que vuelvan a tomar todos nuestros datos, una vez más, y que nos sellen el pasaporte y el permiso de entrada. Allí confirmo una información que puede ser de tu interés si vienes a Sikim: hay dos pasos entre Bengala y este estado, uno éste de Rangpo que es el que se utiliza si vienes de Darjeeling y otro el de Jorethang. En Rangpo si no tienes el permiso de entrada te lo suministran, pero en Jorethang no.
En una de las paradas y en uno de los raros momentos en el que el del teléfono celular no hablaba por él, nos ha regalado unos chicles y es que estaba como loco por hablar con nosotros. “¿De dónde sois?” “De España”. “Spain, fine country”. Le iba a decir que el Sr. Más, el Sr. Carod Rovira (“née José Luis”, como decían en las noticias de sociedad antes) y varios millones más de catalanes no opinaban lo mismo pero no me hubiese entendido. Además hablaba un inglés que yo apenas comprendía y encima él estaba en la tercera fila y yo en la primera. A pesar de todo me ha dicho lo de la copa del mundo de fútbol; ¡qué ganas tengo que haya otro campeonato así y que España no lo gane para que dejen de hablarme de ello! Y para acabar de congraciarse conmigo me pregunta si en España gusta mucho el cricket. Me hubiese gustado explicarle que en mi país el 99,99% del personal, o más, no sabe si el cricket se juega con una pelota o con un dado, si con un palo o con una vara de varear colchones, si en un campo de hierba o en una piscina termal de balneario, si… ¡Mira que preguntarme por el cricket en España!
El joven conductor me ha castigado con un rap que no sé que tenía de nepalí, pero con el volumen comedido. Y sin saber que éramos españoles de su tarjeta USB ha salido un “María, un, dos, tres…”: un horror de canción que desconocía hasta ese momento. Le he dicho que era una canción en español y me ha preguntado que qué significaba “María”. Le iba a explicar la polisemia de la palabra y su uso como nombre común y como apócope de marihuana pero Marisa siempre me echa la bronca cuando me entiende así que le he dicho: “My wife se llama María”.
Llegamos a Gangtok ya de noche y con un taxi al hotel de siempre. Se acuerdan de mí y no sé si por mi fidelidad o porque están flojos de clientes me ofrecen un fuerte descuento antes de que intente el regateo. Maravilloso.
Etiquetas: Darjeeling, Gangtok, Jorethang, Rangpo
06/02/2013 a las 14:42
Una pregunta Ángel, sabes que significa rasta? lo mencionas en la palabra Chowrasta y es imprescindible para los que hacemos trekking en esas tierras, que por cierto espero visitar de nuevo en abril de 2014, por fin regresaré al Himalaya!!! Espero que Luis se anime a venir.
Otra palabra imprescindible es pani, ésta bastante más fácil.
10/02/2013 a las 21:48
Joséluis,»Chowrasta» es el nombre de la plaza de referencia en Darjeeling donde está la estatua del poeta Bhanu Bhakta Acharya, así que no viene de ahí su nombre. Resulta que «chow» significa «cuatro» y «rasta» «calle».y es que aquí está la confluencia de cuatro calles, bueno de tres pues una la cruza y sigue con el mismo nombre. Por lo tanto nada que ver con los pelos.
Un abrazo
11/02/2013 a las 14:32
Claro, nosotros alguna que otra vez cuando lo veíamos complicado preguntábamos si había rasta o no, por eso lo aprendimos rápido. Evidentemente rastafari no es caminante pero quedaría muy bien, rastafari se hace rasta al andar… 🙂