La guía dice de la Fundación Proa que solamente los más innovadores artistas nacionales e internacionales son invitados a mostrar sus trabajos en este centro de arte contemporáneo.
La foto, obviamente, no es de ningún “artista invitado”.
Remarca la cafetería que hay en su terraza como el lugar más a la moda (o elegante) en La Boca para tomar algo mientras contemplas las espectaculares vistas de Riachuelo.
Ahora hay una exposición temporal muy interesante y sobre todo muy bien montada: “El Dorado”.
Vemos un montaje con una fotografía que muestra a Warhol con una señorita y un montón de mazorcas de maíz y con este título: “Pago de la deuda argentina a Andy Warhol”. Y la foto es de 1985, que ahora no tendría bastante papel fotográfico para representarla.
La mejor exposición es una de Martín Chambi, fotógrafo peruano que del que hemos visto alguna exposición en España, con una montaña de patatas reales delante de su obra “Ezequiel Arce y su cosecha de papas”.
Y comemos allí: un entorno muy agradable y con una terraza preciosa sobre el Río de la Plata, aunque lo que tenemos delante es el río Matanza-Riachuelo que desemboca allí cerca en el otro.
También desde esa terraza, en la calle, un gran camión con un bonito eslogan: “Cuidamos y curamos tu sonrisa” y “FOUBA” que resulta ser la “Facultad de Odontología de la Universidad de Buenos Aires”. O sea, una clínica odontológica volante.
Desde allí nos vamos al cercano Museo Benito Quinquela Martín.
La guía dice de él que fue la casa y el estudio del pintor Benito Quinquela (1890-1977) y que exhibe obras de él y de otros artistas argentinos. Y que no dejes de ver su cocina y cuarto de baño por sus azulejos, su piano pintado a mano y las esculturas de sus terrazas y de que hay vistas sorprendentes desde lo más alto del edificio.
Finalmente, que veas la colección de mascarones de proa.
Encontramos una escultura de autor desconocido para mí, Crisanto Domínguez, pero cuyo título, “Bombardeo” y fecha, me hace pensar en la guerra civil española.
Un lugar digno de verse y con vistas maravillosas desde su terraza.
Así vemos un precioso jardín en medio del río.
Y muy interesante y también desconocida para nosotros la colección de mascarones de proa, como recomendaba la guía.
Última vuelta por El Caminito y regreso a la Plaza de Mayo en autobús, pues queremos ver uno de los iconos culturales de esta ciudad que todavía no hemos podido visitar, el Centro Cultural Kirchner, CCK, pues cuando vinimos al llegar a Buenos Aires estaba cerrado.
La guía dice de él que fue Néstor Kirchner, presidente de la nación entre 2003 y 2007, quien en 2005 propuso que este edificio, que era la central de correos y que estaba abandonado, se convirtiese en un centro cultural. Murió en 2010 sin verlo acabado, pero se llama así en su honor.
Tiene 8 pisos y múltiples galerías de arte, espacios para eventos y un auditorio, aunque lo más destacado es la “Ballena Azul”, una sala de conciertos para 1800 personas y con una acústica de primera clase.
El edificio original se hizo según un modelo de la central de correos de Nueva York y tardó 25 años en construirse, hasta 1925. La restauración comenzó en 2009 y acabó en 2015.
El resultado es el más grande edifico de Buenos Aires y merece la pena su visita. Además, es gratis, aunque puede haber exposiciones que requieran una entrada.
Es un lugar impresionante donde hay la mayor cantidad de “informantes” por m² que he visto en mi vida, casi todas chicas y muy jóvenes. O las buscan así o es que están muy mal pagadas. Pero todas encantadoras.
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El sol es... 