
En este cementerio de La Recoleta las tumbas en general son algo fuera de serie, pero también hay algunas en un estado muy decrépito. Debe ser que aquellos hombres importantes no tienen descendientes que los cuiden para la posteridad.
He hablado con un “limpia tumbas” y me ha dicho que a ellos los contratan las familias, no el cementerio, que estos lo único que hacen es cobrar.
O sea, que eres rico y famoso y te haces un mausoleo imperial, pero no dejas descendientes, o estos se han ido a Miami o a Madrid y te han jodido, porque tu monumento estará sucio, con los cristales rotos, quizás con la puerta herrumbrosa y con telarañas por doquier. (Como para meter la cabeza para investigar como recomienda la guía. Ni se te ocurra).
Pero después de la primera impresión de que casi todos son militares y políticos, compruebo que también hay personal civil, pero con extrañas relaciones.
Así, una placa de “Homenaje de la sociedad de apicultores a su inolvidable fundador…”.
Y como decía León Felipe que ”Para enterrar a los muertos como debemos cualquiera sirve, cualquiera… menos un sepulturero”, a un marcial militar le han rodeado con un andamio, imagino que para arreglar el mausoleo y el operario se ha dejado el termo delante del busto y parece que sea para el mate del fallecido, como hacen en el sudeste asiático que les dejan comida en los templetes domésticos a los antepasados.
Otra cosa notable en muchas de las tumbas es que tienen unas magníficas vidrieras y lo malo es que solo se ven bien desde dentro de la capillita, pero no desde fuera. Y creo que es un error de concepto.
Tú te mueres y quieres que el personal se entere entonces de lo cojonudo que eras y de que la posteridad también te recuerde de esa manera. Pues entonces levantas uno de estos fastuosos y muchas veces preciosos monumentos y pones las vidrieras para que las podamos contemplar, pero como están ahora solo las verás tú el día de la resurrección de la carne y ese día no creo que andes preocupándote de las vidrieras, sino de ver cómo le han ido a tus seres queridos y mejor, o peor, a tus seres odiados, pero las vidrieras…
Pues están al revés y no las podemos ver bien.
NB
Sobre mi frase “la resurrección de la carne”, que no es mía, forma parte del “Credo” que rezábamos regularmente en el colegio y que las madres y abuelas utilizaban como medida de tiempo para huevos pasados por agua y similares. Nosotros niños obedientes lo repetíamos sin entender mucho (nada) lo que decíamos.
NB de la NB
Por si quieres utilizar esa oración para tus prácticas culinarias y quizás al mismo tiempo ganas puntos para ir al cielo, te dejo este curioso y útil enlace de “Oraciones básicas católicas».
Imagino que habrá muchos libros y algunas tesis doctorales sobre las placas conmemorativas y dedicatorias de este cementerio, pero es que son increíbles.
Como esta: “Al Sr. Alfredo Olivera sus sirvientes…. le dedican este recuerdo”.
Una de las más impresionantes es la de la familia Dorrego Ortiz Basualdo por sus características y por lo que representa.
La bóveda está considerada la más grandiosa de este cementerio y se construyó así porque esa familia de grandes terratenientes y mentalidad conservadora (como no podía ser de otra manera) enterraban a sus allegados en las iglesias y cuando el presidente Rivadavia creó este cementerio y no permitió enterrar en las iglesias, ellos dijeron algo así como que “si la ley no nos permite enterrar a nuestros familiares en una iglesia, nosotros levantaremos una iglesia donde estuvieran enterrados”.
¡Ole tus cojones!
Para los que habéis ido a colegios religiosos (de la religión verdadera, se entiende): la escultura presenta una escena de la parábola de las vírgenes prudentes y las vírgenes necias. Esta es una de la “prudentes” que sí llevaba aceite y pudo encender el candelabro.
La verdad es que la representación iconográfica de esta parábola suele mostrar a las 10 vírgenes o por lo menos a las 5 sabias, pero aquí el escultor tuvo el tino de poner solo a una.
Algunas tumbas tienen bonitos detalles decorativos de tipo modernista que Marisa fotografía a placer; son “modelos” que no se mueven: mármol y en un cementerio.
Etiquetas: Argentina, Buenos Aires, Cementerio de La Recoleta, Vidrieras








