26. 1. Argentina 2023. 21 de abril, viernes. Vigésimo cuarto. Córdoba. Día 3. Primera parte.

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Este país está lleno de poesía callejera que queda reflejada en pintadas mil y en letreros ocurrentes, así como en los nombres de algunos comercios.
Por ejemplo, el anuncio de este café: “Primero Café Luego Existo + Alfajor $400”.

Hoy vamos a dedicar todo el día al turismo cultural en Córdoba y vamos a empezar por visitar primero un par de sitios del extremo sur que nos dejamos anteayer: la iglesia de los capuchinos y el Paseo del Buen Pastor.

NB

Si en lugar de referirse a Cristo, como me imagino, ese “Buen Pastor”, lo hiciese a Krishna, que también fue pastor, ¿se escribiría con mayúscula?  

Y lo que es llevar una guía desactualizada (aunque sea la última edición): la iglesia la abren solo por la tarde y encima la luz de la mañana no es la adecuada para fotografiarla, pero es algo espectacular. Volveremos por la tarde.

En un lado de la fachada una estatua del padre Pío, cuya base está casi tapada por las “gracias recibidas“ de los fieles, como hacen con las informaciones de las carreteras, que pronto no se sabrá quién es el señor de la estatua.

Una de las plaquitas dice: “Reza, ten fé (con acento sin necesidad de él) y confía en el PADRE PIO Gracias por escucharme ALE”.

Imagino que este Padre no tendrá un 100% de éxito y que habrá algunos que habrán hecho todo lo de esta Ale y que no habrán tenido respuesta favorable. Pues esto no es como TripAdvisor, ni uno que diga: “No me has hecho ni puto caso después de todo lo que te he pedido”. O como en algunos restaurantes: “En lugar de curarme de las anginas, además me han salido unas almorranas”.  Ni uno.

Otras plaquitas: “Gracias por curarme” o “Gracias por la salud”.

Pues estas y las similares deberían incluir a los médicos, enfermeras, auxiliares e incluso celadores del hospital que le hicieron que ese dolor insoportable le haya desaparecido o que la operación de cataratas le haya permitido ver de nuevo. 

Que deberían ser como en las webs de hostelería: “Gracias al padre Pío por haberme curado de ese carcinoma de la oreja izquierda y también al dermatólogo Dr. Ibáñez, a la enfermera Sra. Matilde y a la auxiliar Srta. Remedios, que me cambió la cama y al celador Ramón”.

Y aún más: poner una placa semejante, pero invirtiendo el orden en el hospital donde le quitaron (y analizaron) el carcinoma. Claro que no sé qué opinarían los hospitales de tales prácticas, pero dado el grado de conservadurismo de la clase médica, igual les gustaba.

Creo que descubrí a este controvertido personaje en un viaje a Italia y luego lo he vuelto a encontrar a lo largo de otros viajes.

Después de tanta piedad nos vamos al cercano Paseo del Buen Pastor, donde nos encontramos lo opuesto: una iglesia desacralizada.

La guía dice que este centro cultural y espacio para actuaciones fue construido en 1901 como una combinación de capilla, monasterio y prisión para mujeres. Fue reinaugurado en 2007 como está ahora para la presentación de jóvenes artistas.

Wikipedia le dedica bastante más espacio y lo define como “multiespacio recreativo, cultural y turístico”. Y que fue “construido entre 1897 y 1906 para la orden de las hermanas de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor de Angers y destinado a ser un centro correccional de mujeres y menores. Durante casi 100 años este lugar funcionó como asilo y cárcel correccional de mujeres”.

“Durante la última dictadura militar (1976-1983), el penal funcionó como un lugar de reclusión de detenidas políticas”.  De esto veremos detalles a lo largo de nuestra visita.

“Al llegar al 2000, la capilla se desacraliza, y fue restaurada para rescatar tanto su planta en cruz griega, como las pinturas murales y cuadros de artistas”.

“Luego, después de años de abandono, la Provincia de Córdoba en agosto de 2002 anunció la aprobación de un proyecto de reciclado para los 10 000 m² del solar”.

Empezamos por esa iglesia y la sorpresa es mayúscula.

Aquella profusión de pinturas murales nos rompe la programación horaria. Realmente no tenemos ningún horario predefinido, pues sabemos que cualquier sorpresa hará que 5 minutos se transformen en una hora.

Imagino qué serán frescos restaurados, pero son una maravilla y además encontrarte en un lugar como este y en este país con las paredes desnudas de los oropeles barrocos y neoclásicos es increíble, sobre todo si lo comparas con el resto de iglesias y catedrales que hemos visitado. 

Parece que hubiesen pasado por aquí los iconoclastas musulmanes o los iconoclastas bizantinos (pero esos nos caen más lejos) y que no hubiesen podido acceder a los lugares más altos como sí hicieron en Santa Sofía (allí, los musulmanes).  

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